La primera regla de oro para que un alimento nos aporte mayor cantidad y calidad de nutrientes es que sea de temporada. Las frutas y verduras de temporada son recolectadas en su momento óptimo, son cultivadas con las condiciones más idóneas y no necesitan esperar durante meses hasta llegar a nuestras casas.
Por otro lado, tenemos la ventaja económica. Los alimentos de temporada son más baratos, pues hay mayores cantidades, y no hay gasto de almacenaje. Además, si tenemos en cuenta el consumo local, evitaremos comprar alimentos que llevan días, semanas o meses recolectados y que han sido transportados desde lejanos lugares, lo que supone un incremento en el precio debido al transporte, así como una perdida de propiedades.
Pero ¿cómo saber que alimentos son de temporada y cuales no?. En la actualidad, puede resultar complicado distinguir entre alimentos de temporada y no temporada, sobre todo si compramos en grandes superficies dónde durante todo el año vemos las mismas frutas y verduras.
Aquí os dejo una imagen, que de forma general, os ayudará a conocer los alimentos de la temporada de invierno:
Para afinar un poquito más, y puesto que nos encontramos en el mes de febrero, os dejo la relación de frutas y verduras propias de dicho mes (pueden variar algunas en función de la zona):
Frutas: Manzanas, naranjas, mandarinas, fresas, pomelo, kiwi, limón y plátano.
Verduras: Acelga, ajo, alcachofa, apio, brócoli, cardo, cebolla, col lombarda, col verde, colr rizada, coliflor, endibia, escarola, espárrago verde, espinaca, judía verde, lechuga, nabo, puerro, rábano, remolacha, repollo, zanahoria.
Más información sobre frutas y verduras de temporada, en el siguiente enlace:
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